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Ancianito se quedó dormido con un cigarro encendido y murió calcinado en Aguascalientes

MUERTO ANCIANITO QUEMADURAS CALVILLO (1)CALVILLO, AGS.- Un ancianito de 90 años de edad tuvo una muerte espantosa en el municipio de Calvillo ya que se quedó dormido con un cigarro encendido entre los dedos y éste prendió la cabecera y el colchón de su cama y las llamas lo alcanzaron y lo envolvieron por completo.

Aún con vida, el adulto mayor fue trasladado a recibir atención al Hospital General, donde horas después dejó de existir.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 02:40 horas del jueves 28 de mayo en una vivienda de la privada Libertad de la Zona Centro calvillense y el nonagenario pereció a las 08:42 horas del mismo día en dicho nosocomio.

El ahora occiso respondió al nombre de José Quezada Orozco, era viudo y desempleado, quien vivía con su hija María Irene Quezada Camacho, secretaria de 50 años de edad.

Por su edad, el ancianito padecía de insomnio, insuficiencia pulmonar crónica, hipertensión y tenía lagunas mentales, pese a lo cual tenía una fuerte adicción al cigarro, ya que todo el día y por las noches, al no poder dormir, se la pasaba fumando en el interior de su recámara.

En varias ocasiones se quedaba dormitando con el cigarro prendido en la mano, pero no había sucedido ningún incidente.

El jueves, a las 00:00 horas, otra hija del ancianito, Sandra Ofelia Quezada Camacho, de 43 años, que vive cerca, se asomó por una ventana al cuarto de su progenitor para ver si ya estaba dormido, pero lo observó despierto, sentado a la orilla de la cama y fumando un cigarro, por lo que se fue a descansar.

Poco después, el hombre se quedó dormido y el cigarro prendió la cabecera y el colchón de la cama, por lo que las llamas lo alcanzaron y cubrieron su cuerpo, lo que originó que despertara y comenzar a toser por el humo.

Su hija María Irene despertó al escucharlo toser y al ir a su habitación vio el incendio en la cama y a su padre en el otro extremo tosiendo y con sus prendas de vestir todas quemadas, por lo que lo llevó a la cocina.

Sandra Ofelia también despertó al escuchar que alguien tosía y fue a ver qué sucedía, siendo enterada por su hermana María Irene que su padre se había quemado, pidiéndole ayuda a su esposo Raúl Jaramillo de Loera para sofocar el fuego.

Enseguida llamaron a los servicios de emergencia y al lugar acudieron policías preventivos, los bomberos municipales, que apagaron el incendio, así como paramédicos, que auxiliaron al nonagenario y lo trasladaron a recibir atención al citado nosocomio, donde murió por la mañana ya que sufrió quemaduras de segundo y tercer grados en el 90 por ciento de su cuerpo.

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