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¡Sentencian a 32 años 9 meses de prisión al que asesinó a su tío en Asientos!

  • Lo mató a golpes junto con otros sujetos ya que pensaban robarle animales de su predio
  • Tras el crimen arrojaron el cadáver a un pozo en construcción

SAGUASCALIENTES, AGS.- El juez Mixto de Primera Instancia de Pabellón de Arteaga dictó una sentencia condenatoria de 32 años 9 meses de prisión en contra de uno de los sujetos que participaron en el brutal y cobarde asesinato de un septuagenario en el municipio de Asientos durante el desarrollo de un robo en su predio, donde tenía varios animales, y el cual resultó ser su tío, mientras que sus cómplices se encuentran prófugos de la justicia pero, al parecer, ya están identificados.

El juzgador le impuso tal pena tras encontrarlo responsable por los delitos de homicidio doloso con motivo de robo y robo calificado, en agravio de su tío, por lo que también lo condenó al pago de 23 mil 141 pesos con 72 centavos como multa, a favor del fondo para la administración de justicia, y al pago de 17 mil 500 pesos por concepto de reparación del daño a favor de los familiares del occiso.

El asesino sentenciado es Juan José Medina Alvarado (a) “Juan Burras”, de 22 años de edad y con domicilio en la calle Aquiles Serdán número 208 de la comunidad Bimbaletes, perteneciente a Asientos.

El asesinado resultó ser su tío Pedro Parra Méndez, que contaba con 79 años de edad y fue vecino de la misma población de Bimbaletes.

El crimen quedó al descubierto el sábado 6 de abril del 2013 y dos días después se logró la captura de uno de los autores, aunque la Policía Ministerial lo dio a conocer hasta el viernes 12.

El septuagenario era dueño de un predio donde guardaba varios animales, pero como sufrió varios robos, decidió construir un cuarto para quedarse a dormir ahí e impedir que continuaran los hurtos, guardando en la finca algunas herramientas.

A diario iba a desayunar con sus familiares y el sábado no se presentó, por lo que uno de sus hijos fue a buscarlo pero no lo encontró, dándose cuenta que la cortina del cuarto estaba levantada y que había algunas manchas de sangre, además de que faltaba una motosierra y otros objetos.

También se dio cuenta que el perro que acompañaba a su papá estaba muerto.

El hijo del septuagenario siguió el rastro de las manchas de sangre, que pasaban por las vías del tren y llegaban a un pozo de reciente construcción, en cuyo interior descubrió el cuerpo de su padre, por lo que dio aviso a sus familiares y a las autoridades, que se encargaron de rescatar el cadáver.

Ya en el Servicio Médico Forense, se estableció que Pedro murió de fuertes golpes que recibió en la cabeza así como por algunas heridas por arma blanca en cuello y tórax.

Al comenzar las indagatorias, los agentes del Grupo Homicidios de la Policía Ministerial interrogaron a los familiares del occiso, que les dijeron que éste no tenía problemas con nadie ni deudas.

Empero, les dijeron que hacía dos años un sobrino de Pedro, conocido como “Juan Burras”, había tenido un problema con un hermano del septuagenario ya que lo había agredido con un machete y lo lesionó, tras de lo cual huyó pero hacía un par de meses lo habían visto rondar otra vez por Bimbaletes, de donde son originarios.

En base a lo anterior, los elementos comenzaron su búsqueda y el lunes 8 de abril lo detuvieron cuando caminaba sobre la calle, asegurándole una mochila en la que llevaba la motosierra que le había sido robada a Pedro, así como una cartera en color negro que tenía un documento de un programa federal a nombre del occiso, por lo que se le trasladó al edificio de la Policía Ministerial.

Al ser cuestionado sobre la procedencia de la motosierra y la cartera del finado, Juan José dijo primero que la herramienta se la había dado un amigo para venderla, pero luego terminó por confesar que él había asesinado a su tío para tratar de robarlo, explicando que el plan era robarle unos animales de su predio junto con otros sujetos, pero cuando lo hacían los descubrió y decidieron matarlo para que no los delatara.

“Juan Burras” les relató a los investigadores que el día de los hechos sus cómplices y él llegaron al rancho de su tío en una camioneta, en la que pensaban llevarse los animales, pero que a su arribo Pedro los escuchó y salió del cuarto, preguntándole a él qué quería, por lo que le contestó que le prestara un “gato” ya que la camioneta se había descompuesto, pero que su tío le dijo que no tenía nada y le pidió que se fuera, comentándole que si no “llenaba” con lo que le había hecho a su hermano, tras de lo cual se volvió a meter al cuarto.

Señaló que sus amigos y él decidieron asesinar a su tío porque los había descubierto en su predio, por lo que uno de sus acompañantes abrió la cortina del cuarto y se introdujeron. Detalló que sometieron a la fuerza a Pedro y lo hirieron con un cuchillo y cuando cayó al piso lo patearon entre todos hasta que él (Juan José) tomó una barra y le propinó dos golpes en la cabeza, observando que su tío sangraba.

Agregó que tras lo anterior optaron por llevarlo a tirar a un pozo que acababan de hacer y que estaba pasando las vías, despojándolo en el trayecto de su cartera en la que traía 500 pesos, los cuales se repartieron.

El detenido dijo también que como lo cargaron boca abajo fueron dejando el rastro de sangre y que al llegar al pozo lo aventaron al fondo, tras de lo cual regresaron al predio y se apoderaron de una motosierra que estaba debajo de una cama para finalmente escapar en la camioneta hacia Bimbaletes, donde cada quien se retiró a su casa.

Precisó que él se quedó con la motosierra y al día siguiente la llevó a su trabajo, en un rancho cerca de su casa, para esconderla, fingiendo horas después haberse enterado de la muerte de su tío y que por la noche hasta asistió al velorio para que sus demás familiares no pensaran que él tenía algo que ver.

Indicó que el lunes sacó la motosierra con la intención de llevarla a vender a Loreto, Zacatecas, ya que con el dinero que obtuviera pensaba irse a Michoacán, donde esperaría a que se calmaran las cosas y luego regresar a Asientos, pero que antes de irse fue detenido.

Juan José, aparentemente, reveló las identidades de sus cómplices, por lo que los agentes ministeriales iniciaron su búsqueda, mientras que él fue enviado al CERESO Aguascalientes a disposición del juez pabellonense, que le inició un proceso por el asesinato de su tío y finalmente lo condenó a más de 32 años de prisión.

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