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¡Sentenciaron a 27 años 6 meses de prisión a 3 asesinos-necrófilos!

  • A golpes mataron a un quincuagenario en Asientos y ya muerto lo violaron

SAGUASCALIENTES, AGS.- El juez Mixto de Primera Instancia de Pabellón de Arteaga dictó una sentencia condenatoria de 27 años 6 meses de prisión, para cada uno, en contra de los tres sujetos que asesinaron a golpes a un quincuagenario alcohólico en la comunidad Pilotos, en el municipio de Asientos, durante el mes de abril del 2012 y después cometieron necrofilia al violar su cadáver.

El juzgador los encontró responsables por el delito de homicidio doloso calificado con alevosía, ventaja y brutal ferocidad y por ello les impuso tal condena a cada uno.

Al quincuagenario lo mataron, según confesaron, porque se molestaron tras de que la víctima mortal los corrió de su casa debido a que se pelearon por una botella de licor mientras se emborrachaban juntos.

Primero lo golpearon con un palo de madera en la cabeza y en el pecho y luego le dejaron caer una piedra también en el cráneo.

Los asesinos sentenciados son José Cruz Araujo (a) “El Kiwi”, con domicilio en la calle Primavera número 104 en Pilotos; Gerardo González Barrientos (a) “El Mona”, con domicilio en la calle 5 de Mayo en dicha población, y José Luis Salazar Dávila (a) “El Ningüete”, de 21 años y con domicilio también en la calle 5 de Mayo.

Hasta la fecha, agentes ministeriales aún buscan a un cuarto sujeto conocido como “El Cholo”, que también habría participado en los hechos.

Los tres primeros mencionados asesinaron al leñador Perfecto Ramírez Moreno, que contaba con 58 años de edad y tuvo su última morada en la calle Ignacio Allende número 1 igualmente en Pilotos.

Era un ebrio consuetudinario, vivía solo en su casa y se dedicaba a recolectar leña para luego venderla. Ese era su modo de vivir.

El sábado 14 de abril del 2012, a las 20:00 horas, Perfecto y “El Kiwi” estaban en la casa del primero consumiendo bebidas embriagantes y poco después llegaron “El Mona” y “El Ningüete”, que también empezaron a tomar.

A las 10 de la noche, Perfecto empezó a discutir con Gerardo y José Luis por lo que restaba de una botella de alcohol, aunque luego los corrió de su casa.

Ambos salieron de la vivienda y siguieron tomando en la calle, aunque estaban molestos, mientras que Perfecto y José Cruz se quedaron en la casa.

Momentos más tarde llegó “El Cholo”, a quien “El Mona” y “El Ningüete” le comentaron que entrarían a la casa del quincuagenario para golpearlo ya que no les gustó que los hubiera corrido.

Al aproximarse a la vivienda, vieron que Perfecto estaba acostado en su cama y “El Kiwi” en el piso.

“El Mona” derribó al suelo al leñador y enseguida tomó un palo de madera con el que éste atrancaba la puerta de la vivienda, con el que le dio un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza.

Después, se lo pasó a José Luis, que le propinó dos golpes más en la cabeza y tres en las costillas.

“El Kiwi”, al ver esto, se incorporó del piso y les dijo a los sujetos que dejaran de golpear a Perfecto, pero Gerardo le dijo que si no quería que le pasara lo mismo también tendría que pegarle, por lo que tomó el palo y le dio varios golpes en la espalda.

Tras lo anterior, “El Ningüete” salió a la calle y luego regresó con una piedra en las manos, la cual le dejó caer en la cabeza a Perfecto para “rematarlo”.

Al ver que ya no se movía, los tres sujetos procedieron a atacarlo sexualmente.

Satisfechos con lo que habían hecho, decidieron limpiar toda la sangre que había en el piso, que era mucha, por lo que José Luis fue a su casa por una cubeta, jabón y un trapo, con lo que regresó para borrar las evidencias.

De hecho, a Perfecto le quitaron la ropa que traía puesta ya que estaba manchada de sangre, siendo una camisa de manga larga en color blanco, un pantalón de vestir en color azul y tenis en color negro, lo cual metieron en una bolsa, poniéndole luego una camisa de manga larga en color rojo y un pantalón azul marino.

Finalmente, los tres sujetos se retiraron a sus casas, deshaciéndose de la bolsa con la ropa ensangrentada del occiso.

Al arribar a su vivienda “El Kiwi”, sus familiares lo vieron manchado de sangre, por lo que le preguntaron qué le había pasado y les contestó que algo muy grave, que habían matado a Perfecto, pero que ya no quería saber nada más, tras de lo cual se metió a su cuarto a cambiarse, metiendo su ropa ensangrentada en una bolsa para después tirarla en un lote baldío.

Al día siguiente de los hechos, domingo 15 de abril, el cuerpo de Perfecto fue encontrado por uno de sus hijos, que fue a visitarlo y lo encontró tirado en el piso, muy frío y rígido, por lo que pidió ayuda a los servicios de emergencia, aunque cuando llegaron los paramédicos del ISSEA le confirmaron que ya había fallecido.

En primera instancia se creyó que pereció de una broncoaspiración debido a su adicción al alcohol, pero aún así, el Ministerio Público acudió a dar fe de su muerte y dispuso el traslado de su cuerpo al Servicio Médico Forense.

La autopsia reveló que Perfecto falleció de un traumatismo craneoencefálico severo y de un traumatismo de tórax, es decir, de fuertes golpes en la cabeza y el pecho, con lo que se concluyó que en realidad había sido asesinado.

Agentes ministeriales del grupo Homicidios iniciaron las pesquisas y el jueves 3 de mayo del 2012  un hijo del occiso les comentó que había escuchado a un familiar de José Cruz Araujo decir que éste sabía quién había asesinado a su padre, por lo que los investigadores lo ubicaron.

Al interrogarlo sobre los hechos, “El Kiwi” aceptó su participación en la muerte del quincuagenario y delató a “El Mona” y “El Ningüete”, por lo que también se les localizó y arrestó.

Los tres narraron la forma en la que ocurrieron los hechos, que fue la ya mencionada, precisando que todo se debió a que Perfecto corrió de su casa a Gerardo y José Luis mientras se emborrachaban debido a que se pelearon por una botella.

En base a lo anterior, los tres fueron arraigados, conociéndose que José Cruz contaba con un ingreso a la Policía Ministerial  por el delito de robo con fecha del mes de agosto de 1992, y posteriormente se les trasladó al CERESO Aguascalientes a disposición del juez pabellonense, que les siguió un proceso por homicidio y finalmente, a cada uno, le impuso una sentencia de 27 años 6 meses de cárcel.

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