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¡La hija de Carlos Lozano le miente a la iglesia católica y a Aguascalientes!

  • También en el Estado se tuercen las leyes religiosas: para poder casarse dice que vive en Palacio de Gobierno

También en Aguascalientes se tuercen las leyes religiosasAGUASCALIENTES, AGS.- La familia de Carlos Lozano no para de hacer triquiñuelas.

Y es que resulta que su hija Blanca Esther Yahaira Lozano Rivera Río se va a casar en fecha próxima y dice en las amonestaciones que ya empezaron a correr en la Parroquia de El Sagrario, mejor conocido como templo El Conventito, que vive en Palacio de Gobierno.

Lozano Rivera Río, quien señala que su domicilio actual es el Palacio de Gobierno, contraerá nupcias con Jorge Pablo Gómez Bagby, originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, quien señala un domicilio en El Paso, Texas.

Las leyes religiosas indican que las personas deberán correr las amonestaciones correspondientes como parte del trámite religioso en la parroquia que les corresponda de acuerdo a su domicilio particular, y es entonces en donde, por razones por demás extrañas y desconocidas, Blanca Lozano decidió informar que su domicilio se ubica en la finca de la Plaza de la Patria, que alberga las oficinas de Gobierno del Estado.

Lo anterior se puede constatar en las llamadas amonestaciones que han comenzado a correr previo al matrimonio de la pareja en la Parroquia de El Sagrario, y se encuentran a la vista de todos al ingresar a dicho recinto.

Este hecho, sin embargo, no pudo haber pasado de manera desapercibida para la Arquidiócesis de Aguascalientes, encabezada por José María de la Torre Martín, pues es conocido que el Palacio de Gobierno no funge como residencia.

De esta forma, se muestra que las influencias que trae consigo el ser hija del gobernador en turno, permite torcer las leyes, incluso religiosas, para alcanzar sus objetivos.

Está claro que Lozano y compañía se sienten dueños de Aguascalientes, pero de ahí a asegurar que Palacio de Gobierno es su casa, no se vale. Salvo que la familia de Lozano se haya ya adueñado de dicho predio y los hidrocálidos no estemos enterados.

Obviamente esto ha causado la molestia de la feligresía que acude a dicha parroquia.

¿Qué necesidad de mentir al dar el domicilio particular?, más aún, ¿por qué la iglesia se presta a mentiras?

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