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¡Joven murió brutalmente atropellado por el tren en Luis Moya, Zacatecas!

  • Se tomaba unas fotografías sobre las vías junto con un quinceañero

MUERTO ATROPELLADO TREN LUIS MOYA ZACATECAS (1)LUIS MOYA, ZAC.- Espantosa muerte encontró un joven vecino de esta cabecera municipal tras haber sido brutalmente atropellado por el tren la tarde del pasado sábado 8 de marzo, luego de haberse estado tomando algunas fotografías sobre las vías del ferrocarril en compañía de un adolescente de 15 años de edad.

A un kilómetro de distancia, el garrotero y el maquinista del tren, vecinos de Aguascalientes, observaron a los jóvenes en las vías, por lo que les sonaron el silbato para que se movieran a un lado y así lo hicieron, pese a lo cual, uno de ellos fue embestido por la “mole de acero” y lo proyectó a varios metros de distancia, provocándole una muerte casi instantánea.

La tragedia ocurrió alrededor de las dos de la tarde en un lugar conocido como camino a Las Liebres, en Luis Moya, Zacatecas.

El ahora occiso respondió al nombre de Martín Castañeda Araujo, contaba con 23 años de edad, era soltero, desempleado y tuvo su último domicilio en la comunidad Esteban S. Castorena, perteneciente precisamente a Luis Moya.

Su acompañante, testigo de su muerte, es su amigo Abel “N”, de 15 años de edad.

El joven desempleado fue muerto por las máquinas del tren números 4654 y 4023, que llevaban enganchados más de 50 vagones, cargados con material y que salieron de Rincón de Romos, Aguascalientes, rumbo a Torreón, Coahuila.

El tren era dirigido por el maquinista Gabriel Aguilar Rivera, de 37 años y con domicilio en la calle Hacienda de San Jacinto número 145 del fraccionamiento Haciendas de Aguascalientes, que iba con el garrotero Jaime López Murillo, de 33 años y vecino de la calle Gerardo del Valle número 202-17 del fraccionamiento Villas de Aguas, en San Francisco de los Romo.

Se estableció que el pasado viernes 7 de marzo, Martín conoció a Abel, por lo que estuvieron conviviendo y en el transcurso de la noche se tomaron algunas fotografías, por lo que decidieron reunirse al día siguiente para una nueva “sesión fotográfica”.

El sábado, el quinceañero fue a buscar a Martín a su domicilio y lo encontró comiendo, por lo que éste le invitó un “taco” y estuvieron platicando.

Poco después, salieron de la casa y Martín le propuso al muchacho que se fueran a tomar unas fotografías hasta las vías del tren, a lo que éste no estuvo muy de acuerdo y le preguntó por qué irían hasta allá.

Abel presentía algo y no estaba muy convencido de ir hasta las vías, ya que se hallaban a una distancia de aproximadamente 5 kilómetros de la cabecera municipal de Luis Moya.

A final de cuentas, Martín lo convenció de acudir a ese sitio, hasta donde se trasladaron a bordo de un camión.

Al llegar, caminaron algunos metros de la carretera para subirse a las vías y empezar a tomarse fotos, pese a que el paisaje no era muy agradable a la vista.

A un lado de las vías férreas había solamente hierbas, arbustos y un camino de terracería.

Al hallarse en medio de los durmientes, comenzó a aproximarse el ferrocarril en dirección de sur a norte.

El maquinista y el garrotero vieron a los dos jóvenes parados sobre las vías, por lo que accionaron el silbato para que se quitaran, esto a una distancia de un kilómetro.

Tanto Martín como Abel escucharon y vieron que el tren se acercaba, por lo que el primero le solicitó al segundo que le tomara una última fotografía para que se viera de fondo el ferrocarril, por lo que el quinceañero así lo hizo.

Después, se hicieron a un lado, pero Martín quedó muy cerca de las vías, por lo que al pasar el tren lo golpeó brutalmente y lo proyectó a varios metros de distancia a un pequeño desnivel.

El joven cayó al piso boca arriba, por lo que Abel se le aproximó y lo vio respirar con dificultad, por lo que llamó a los servicios de emergencia para pedir ayuda.

Mientras tanto, el maquinista logró detener su marcha varios metros adelante para esperar la intervención de las autoridades.

Al lugar acudieron policías preventivos de Luis Moya en la patrulla 04 y paramédicos en la ambulancia REMEZA-Traslado, pero al revisar al joven confirmaron que ya había fallecido, por lo que acordonaron el área.

Poco después arribaron agentes de la Policía Ministerial de Zacatecas y peritos de la Procuraduría de Justicia, que se encargaron del levantamiento del cadáver para su traslado al Servicio Médico Forense hasta la capital zacatecana.

En el lugar, Abel informó a los investigadores la forma en la que ocurrieron los hechos, y tras las diligencias correspondientes se les permitió a los aguascalentenses continuar con su viaje hacia Torreón.

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